miércoles, abril 26, 2006

tardes
letras náufragas
cuando el frío palidece
y escucho decir
todo es amarillo
excepto el sol
me detengo
once semanas
respirando tus días
efímero olfato
sin neblina
sin mar
sin noches donde sentirte
caliente y ajena
cuerpo azul
en pleno verano
desapareces

miércoles, abril 19, 2006

Cuando las ventanas se atornillen a tus pies y tu aliento tenga sabor a cal, sabrás que la salida se ha cerrado para siempre.

miércoles, abril 12, 2006

Observaba la calidez en el espejo. Sus pies desnudos sobre el piso de losetas sostenían recuerdos sin rostro, canciones goteando sin música, idolatría de una noche cerrada. La llave que apareció ante él por la mañana, era apenas un mal remedo de la llave brillante que había tenido. Dudó un segundo antes de salir, la puerta estaba abierta. Lo recibió el cielo encapotado de nubes: ni la luna, ni una sola estrella para crear mareas en la boca del estómago. Ella palidecía abstracta, era una ecuación de ceros y unos, la fracción de tiempo necesaria para disolverse en la taza, en el café, azúcar de fuego y mirada perpetua.
Desde este punto, ¿qué puedes ver? La inutilidad de las palabras, de los nombres, de las descripciones. Quedar prisionero de una mirada, el pecado mortal para un dios acostumbrado a equivocarse. La mano entre los muslos y la violencia de un sismo.