sábado, junio 10, 2006



Capitulación


Acabé encogido en tu espalda, caracol hambriento de noches en vela. Inundé tus omóplatos con besos rectangulares, dibujé finales de canciones en tu cuello. Era el sabor a piel impregnándose en mi lengua, invasora de rincones y conquistadora de recovecos. Atrapé dos lanzas de amargura en el lóbulo de tu oreja y un murmullo de amor quedo en el abismo de tus hombros.
Abatido por el silencio, me declaré vencido.

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